A lo mejor existen los ángeles,
Y son estrellas del cielo,
Desde donde nos miran,
Y nos cuidan con esmero.
Nos aferramos a un imposible,
Cuando la desesperación,
Por no entender lo que pasa,
Nos complica la situación.
Apelamos a un milagro,
Cuando sin saber porque,
Nos acechan las dificultades,
Que creemos no merecer.
Nos aferramos al clavo ardiendo,
Que nos ofrece alguna fe,
Para seguir adelante,
Sin entender los “porques”.